Generalmente asociamos el conflicto con algo "malo" y nadie quiere tener problemas. Esperamos hasta que no podemos más y entonces ¡BUUMMM! conflicto y gordo... y si vamos al conflicto ¡lo queremos ganar, claro!

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¡Yo contra ti! ¡Gano yo pierdes tú! ¿Te suena?

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Cuando hablamos de conflicto, hablamos de necesidades.

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Lo que está en juego es lo que más importa para amb@s, lo que más valoramos, nuestras necesidades. También puede ser un conflicto interno.

El conflicto tal y como lo vemos desde la CNV es un lugar de aprendizaje, una oportunidad, de conocerme más a mi mism@ y a la otra parte implicada.

Visto de esta manera no dan tantas ganas de salir corriendo, o de evitarlo... ¿no?

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Vamos a ver el conflicto desde otra mirada: Conflicto puede ser cuando comienzo a sentir incomodidad, reconocerlo. Me siento incómod@ con esta decisión que he tomado, con lo que no he dicho. No necesariamente tenemos que esperar a explotar para que sea el conflicto. Puedo reconocer como me siento incómodo por no haber pedido las vueltas en la panadería cuando no me las han devuelto (quizá son 0,010cts) no por la cantidad, sino por el mero hecho de no atreverme a pedirlos... que me está diciendo esto de mi, como comentaba antes, que necesidades hay en juego: podría ser una necesidad de autoestima, o de reunir el coraje para expresarme... y esto hace que ni necesidad de integridad se quede descubierta.

¿Ves la cadena de necesidades descubiertas a donde me lleva?

Pero todavía hay más: esto puede hacer que no haya coherencia (otra necesidad) porque lo que yo quiero en la vida es ser integr@ y expresarme con honestidad y transparecia para ser auténtic@, entonces toca mi necesidad de identidad y esto le da sentido a mi vida porque hacer lo que pienso le aporta integridad a mi vida y eso hace que mi necesidad de realización se cubra... 

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Es necesario que dejemos de ver el conflicto como algo negativo y lo veamos como algo que contribuye a mi propio aprendizaje porque lo que está en juego es lo que más importa para mi.

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Según como lo abordemos puede ser un factor de cambio en las relaciones o destructivo. Y parece ser inevitable al relacionarnos como habéis visto con nuestras propias partes internas y también para afuera, en las relaciones interpersonales de nuestros entornos más cercanos.

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En el teatro se dice que el conflicto son dos fuerzas que se oponen. Entiendo que es porque están cerradas.

¿Y que pasaría si se abrieran, si no hubiera expectativa de luchar por lo que es mío para ganar y estar abiert@ a que ganaran las dos partes, en un ganar, ganar?

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¿Te atreves a explorar esta parte?

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